GIACOMO GENTO
Mi primer negocio de éxito y único, habilidad amputada por la afición política, fue deambular por distintos y distantes quioscos para comprar estampitas de futbolistas, los duendes de la imprenta, me permitieron tener más variedad, para hacer los trueques con mis compañeros a una por dos o tres, quién sabe, y así tener un paquetón de aúpa.
La memoria, ahora puesta en duda, por la Educación, me sirvió, para aprenderme de corrido los reyes godos, los profetas menores, más las cuasi mismas alineaciones del Madrid, las que rimaban siempre en Gento, hasta que un Corso veloz, italiano, me lo bajó del pedestal en blanco y negro.
El expresidente de honor del Bernabeu, fallecido este Enero, a quién mi amigo Matías Prats Cañete, engrandecía sus carreras por las ondas como la Galerna del Cantábrico, está ahora, más que en entredicho por su galopar en Málaga durante algunos años con la bailarina Francisca España, la que aburrida le pitó un fuera de jueguecitos, al Casanova veloz, coleccionista de amantes a troche y moche.
La cosa fue hace 63 años, disparó un chut con entusiasmo, gol a todas luces. La señora España, tuvo una hija, Paquita, que ahora dirime la paternidad de don Francisco en los tribunales, frente a los herederos del extremo izquierda.
Si a Paquita le pones la camiseta blanca, podría estar entre mis figuras en el álbum, el parecido es incuestionable; pero la mujer lleva más de tres años pleiteando en los tribunales, que hasta ahora le han dado la razón: primero por negarse el ídolo a hacerse las pruebas de paternidad, segundo por la patética forma detectivesca de coger unas colillas que por el ADN, han demostrado el 99 por ciento de coincidencia.
Francisco Osuna, abogado de la señorita España, espera una sentencia definitiva del Supremo favorable, que reafirme las anteriores. Largo recorrido de una niña huérfana de padre, porque al parecer, el malandrín no fue para llamarla en vida, ni ocuparse de sus deberes de paternidad responsable.
Pronto quizás, será Francisca Gento España, recibiendo lo que se le hurtó de por vida. Las páginas del mal corazón, están que topan, por la cantidad de celebrados iconos con canas, que tienen que dar cuenta de sus canitas al aire.
Curro Flores
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