jueves, 19 de mayo de 2022

LA OREJA CLÍNICA

LA OREJA CLÍNICA

Recuperadas las horteradas de las despedidas de solteros, tras la cuaresma pandémica, de imaginar serán los saltitos de cama; se han acabado las rebajas de los lápices de labios. Lo que no se terminan son las listas de espera para oír a tu médica de cabecera, ahora médico, de mi cupo me dijo la telefonista ya van  tres, sin haberles visto la bata. Aló, si hay suerte.

Amenazado por el calendario con ir hecho humo al Juicio Final, la única fe que me queda es el galeno, para sostenerme las constantes, antes que de la ITV me mande al desguace.

Mi estimable doctor de los tiempos visibles, tenía un ojo clínico de celebrar, él se jubiló, ahora a  los invisibles, nada más me queda que su oreja clínica tenga la cóclea afinada, para no mandarme a paseo, al llegar el día de que coincidamos telefónicamente.

Salud me responde, hasta ahí funciona el Sistema Andaluz de Salud, lo que no sabemos es lo del laberinto posterior. La estructura sanitaria pública  ha seguido empeorándose gracias a Juanma y Medio, la que era nuestra joya de la corona, lleva camino de ser el papel de orillo, para envolver sus carencias.

Para renovar el amplio vademécum de mi tratamiento anual, tuve a bien hablar con aquella mi doctora de primaria, ya de secundaria, no le funcionó el oído interno y quitó del listado la crema más cara, culpa de que yo no era don Hilarión para recitarle mi listado. Ella, como Francisco de la Torre, alcalde, lo único que profesaba obsesivamente en su charlita, era la creencia en el vacunismo, varias veces repitió el mantra.

Ahora estoy pendiente de coincidir al teléfono, con mi doctor, varias veces que me han citado,  su llamada está dada, pero en  mi teléfono no ha sonado, y eso que  no para a todas horas su musiquita, Flores de Málaga, genial composición que me dedico mi amigo Yuri Chuguyev. El facultativo llamará con silenciador para evitar el Pegasus en nuestras conversas

Muchas demoras, faltas de coincidencias, imagino como pueden estar de airados mis competidores en ganar un minutillo de charla. Está feo decirlo, pero visto lo no visto, me entraría ganas de echarme a la cara al matasanos, para que conozca mi ojo crítico, porque la boquita de piñón debe de seguir en penitencia en las dependencias sanitarias.

Curro Flores

 

 

 

 

 

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