VACUNAS CONTRA PODEMOS
La señora Ayuso, devota de san Exabrupto, patrón de la ira; tiene acostumbrada a su parroquia de la tele madrileña, a lanzar sus puyas al adversario, mejorando a las del mejor carnicero de la Isidrada, luciendo su castoreño con chaquetilla de luces.
Después de un: -¡matadlos a todos!, inmejorable; doña Isabel que tiene vacío el Hospital de emergencia enfermera Isabel Zendal; ha descubierto la manera de llenar su tributo a la eficacia en los tiempos de pandemia, abriéndole los ojos a los madrileños, a los de la Moncloa y a la Tarasca, al señalar a los podemitas como algo peor que el coronavirus.
Si sus poderes fueran de distópicos, seguro mandaría a sus esbirros, buscando círculos de seguidores de Iglesias, hasta a las catacumbas de Galapagar. La verdad es que la de antaño admiradora de Onésimo Redondo, tiene la extraña virtud de soltar por su boquita lo que su cólera demande: corta es en saber político y escasa en la virtud de la paciencia democrática.
No tengo claro si los que quieran no contaminarse de Podemos, tendrán que utilizar mascarillas contra la mascarada, tampoco si las antiguas y desechadas son eficaces contra la virulencia partidaria; espero que los listos de turno trinquen de los primeros encargos, sin excluir nobleza y parentela.
Pfizer y Moderna, ya tienen a sus investigadores cachucheando con las probetas; para ver quién llega el primero en subir la cotizaciones en Bolsa de su marca. La señora Ayuso, pistas le ha dado para la localización de los brotes en origen: Cuba y Venezuela, con su mezcla letal con Bildu y Ezquerra Republicana.
En fin, más pronto que tarde, podremos lucir nuestra casta, la histórica y la de los de la malhadada Transición, para lucirla en el ojal; gracias a la impagable pesquis de la mandamás madrileña, de la que no sabemos si es virus o bacteria.
Curro Flores
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