miércoles, 1 de junio de 2022

A LA ALACENA

 

A LA ALACENA

La Nube, ese contenedor de gigasbitonterías propias y ajenas, nos ha guardado alguna prenda después del partido de la greñuza en Paris. Un blanco agradecía a todo el Real, por haberle dado el día más feliz de su vida. La verdad es que catorce copas dan para coger un pedo de ocasión, disparando las neuronas a su albedrío.

El buen forofo, seguro conoce más a Vinicius que a Einstein, quién a la pregunta: ¿es usted feliz?, respondió, -ni falta que me hace. Don Alberto, el Relativo, todo lo teorizaba, porque amén de su irónica contestación, nos escribió un librito, sobre la Teoría de la Felicidad, recomendable para hacerle la Pascua Florida al desasosiego acumulador.

Pero a amontonar víveres convocan en la locomotora de Europa, con Hitler, fogonera. La guerra en Ucrania, entre el gran saldo de pérdidas, pone en riesgo el abastecimiento de grano, ya que el silo ruso, representa un tercio del mundial.

Si a almacenar comida llama en Alemania, pronto tendremos guerra de carritos en  el super, para acaparar nutrientes inflacionistas. Los precios de las viviendas están desorbitados, pero quién las tiene, difícilmente tengan un pisito con alacena; no nos quedaría otra que el cuarto de contadores o el hueco del ascensor, para tener nuestra sucursal del banco de alimentos de la comunidad.

José Luis Miranda, poeta amigo de Archidona, puso su musa en la alacena madre oigo decir tu nombre…Aquellos lugares oscuros de la casa de la abuela,  en los que se acumulaban los olores rancios del aceite atrojado, en su garrafa oscura, junto a la del vino y la de aceitunas; ristras de ajos, chorizos y morcillas, estantes con telas de araña de conservas y hasta varios melones de guardar colgados en el techo.

Aquellas fragancias longevas, ya no pertenecen a nuestro común de la nevera, pero el eterno retorno está al acecho. Ahora, mi querido Diego Vazquez, preside el banco de alimentos, lo visito la Emérita; pronto necesitará de más guardias de seguridad, que las puertas del Saint Dennis, si los melones no se cuelgan en el saloncito, por over booking en el libro de familia de los felices por los goles de millonarios.

Curro Flores

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