EL JINETE DE JUANMA

EL JINETE DE JUAN MANUEL

Los apocalípticos Alba, simas del señorío, a los que el “señorito” andaluz, le rinde envidiosa pleitesía. Tienen por heredero menor de la sandunguera reina del cuché, a Cayetano, el menor, de profesión, “jinete saltarín”, no de romerías.

El excelentísimo cocadry, Duque de Arjona y Conde de Salvatierra, las suyas. Mostraba ayer su talentosa enjundia, en una entrevista para la “prensa seria”, eso la llamaba, embutido siempre en las páginas de la onomástica prensa rosa, como cuchetero del corazón partido.

Por él nos enteramos que había saboreado platos, dos veces, con Juanma y Medio, en el Palacio de San Telmo, mira por dónde. Aunque le dio consejos, el presidente, ya los había puesto en marcha, guión dictado desde la nobleza.

En 2011, don Cayetano, arremetió contra los jornaleros andaluces, porque eran unos vagos que no querían trabajar, estaba en contra del subsidio agrario, 420 euros. A él le daría yo una chapulina y un arado a 50 grados, para que se tumbe un gazpacho debajo de sus olivos, por los que recibe una subvención de tres millones de euros.

Por mi madre, pertenezco a la Casa Lara, inexistente; parece que hay 18.000 ramas de ese linaje repartidas por el orbe, más en la España de El Romance del Conde Lara. Lo que es cierto, es que desde los godos, somos el apellido constitutivo de la futura nación española. Los Lara, emigrantes andaluces o de dónde quieran, ni tocan a alcanzar el huevo de un nido de los ramones de los Alba, ni un piscolabis con, Y Medio.

No sé si en la agenda del virus, pasaron a los postres los asonantes de los jornaleros, Casero y Gordillo, alcalde de Marinaleda, allí se crio Ansu Fati: así puede coger onda culé, el coineño-barcelonés que ostenta la presidencia gracias a VOX.

El Excelentísimo Duque, sabio en política, de andar para su casa; ha tenido el atrevimiento de declarar que, -con Juanma ha empezado a funcionar Andalucía, frente a la parálisis de 30 años-, ni te digo sus cuarenta, tiene bemoles el chavó. Imagino que equitándose, de palacios a cortijos, el hombre no ha notado la transformación de nuestra tierra;  una rayita de coca de más, quizás un surco, aligeran la osadía.

Ni consejos al inquilino de San Telmo, pero hay sumando que restan. Mejor un bocata con los Morenos.

Curro Flores