lunes, 27 de junio de 2022

UNA DE LADRONES

UNA DE LADRONES

Del surtidor de diarios locales, elegí dos en desconfianza. Como ya el velo de la censura hace tiempo que nada más se macera en su auto devocionario, las noticias más enervantes ceden página a las pasteleras, en busca de lectores de acción.

Hoy va la cosa en uno, de la detención de 31 personas por la policía, presuntamente artistas de  fraudes al erario público, nueve de ellos funcionarios de Hacienda, recaudadores como Cervantes, y como a nuestro escritor, seis de ellos los ha puesto el juez a buen recaudo entre rejas.

En el diario más ágil, se nos indica el mapa dónde se producen más hurtos a turistas en la Ciudad del Paraíso: El Perchel, el Centro y la zona festiva portuaria, se llevan la palma. Me alegra como perchelero de origen, que se reparta nuestra cervantina fama por más esquinas.

En los tiempos del Parte, NODO y silenciador, te tenías que enterar de lo malo que pasaba en las fronteras del franquismo en directo: así que trabajando en un caluroso verano sevillano, venían con los lamentos en cola los franchutis y yanquis expoliados en el Parque de María Luisa y el barrio de Santa Cruz. Asaltantes carronada-noticias cero.

Málaga tenía en su Fortaleza unos de los lugares preferidos para el pillaje. Recuerdo un día que hacía de cicerone, a un amigo alemán, miembro destacado de Solidaridad Democrática, que subiendo la cuestecita de Gibralfaro, de una puerta entre las murallas apareció un mangante, antes de darnos el alto, para su sorpresa, me reconoció de compañero de primaria en el colegio, por los que  me dio un saludo y un rápido adiós. Los munícipes del Régimen, visto el plan  del Castillo, hasta crearon una patrulla especial de negro para meter miedo, que pasaron de “perrillas” a “hombres de Harrelson”, comandados por el sargento Ríos, enfundando unos pistolones de los de Harry el Sucio. Como para una película de guiris y cristianos.

Juanma Moreno previsor de lo que se avecina, ha dicho que no tiene una “varita mágica”. Pero aunque esté feo dar consejos, me permito que recurra al “milagro de Aznar”, al que tanto le debe, le puso de presidente, por una llamadita a Abascal.

Con su modestia habitual el expresidente popular, al hablar de las mejoras de la economía española, dijo aquello del “milagro soy yo”, al menos lo fue para las arcas de muchos de sus ministros presidiarios.

En fin, antes que seguir robándonos a nosotros mismos, sin ser acontecimiento,  póngale en San Telmo una capillita al Milagrero.

Curro Flores

 

 

 

 

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