LA INSPIRACIÓN POLÍTICA

LA INSPIRACIÓN POLÍTICA

Mi lectura parsimoniosa y atenta  del último obsequio del director Octavio Calleya, Música e Inspiración, obra en la que el violinista amigo de Brahms, Arthur M. Abell, entrevista a seis insignes creadores musicales, tratando de investigar la naturaleza de la inspiración creadora, me lleva a una frase del eterno Furtwängler, quién consideraba que lo que daba el certificado de supervivencia a la música <no es el grado  de audacia, de novedad de lo que se dice desde el punto de vista de la evolución histórica, sino el grado de necesidad interior de la personalidad humana, de la fuerza expresiva>.

Todavía emboscado, tras mi encuentro radiofónico de los (Tuesday) en Canal Málaga, quedaban en la sesera las palabra de mis compañeros de tertulia, profesores de comunicación, sobre el Debate andaluz: Uno lo calificó de ficticio y anodino, otra de previsible y pesado, otros proponían un elemento sonrojante al descubrir la mentiras, en fin, salvo su curiosidad, nadie mostraba síntomas de satisfacción. Con posterioridad un compañero de la generación de Felipe, me wapsea, malcontento.

Amén del formato, todo pasó de seis pegapases, como se dice en el argot, más aseados, Espadas y Nieto, buscando votantes; más a la defensiva, refugiándose  de los gañafones, Moreno y su pareja Marín; y en tremendistas, a cortarse  la coleta la señora Rodríguez; y la paisana de Alicante, al asalto de todos. Olvida Olona, que Francisco Serrano, anterior líder de VOX en Andalucía, dejó los trastos al ser procesado y que su formación ha sido el estoque simulado de Juanma, poca vergüenza en el albero político, la Incensata.

La política tan canónica  como la creación en las bellas artes, está sujeta a esos raptus de inspiración, no catalogables para críticos y estudiosos, que pertenecen al entusiasmo de los creadores; es más, en las burocracias del poder, estigmatizados, salvo modas o necesidad.

El pasado nos ha dado desde antes de Cicerón, a después de Churchill en nuestros días, estrellas en el manejo de la oratoria, arte fundamental para la representación pública. Recientemente de Clinton, se decía, que era el terror de sus oponentes, y que era el único capaz de captar la atención del televidente por más de ocho minutos. Aquí, Felipe González, condujo los deseos de cambio de una generación fértil.

Los pegapases se acercan a la burocracia de los partidos, con su crianza  en las piscifactorías ideológicas, más aguas bravas necesitan en su aprendizaje. Pero la santa comparsa nos libre de los demagogos, que puedan aflorar, porque pueden achicharrarnos, llenar las cámaras de gas, fusilarnos, encerrarnos, y a esos, la Historia no los absolverá.

Curro Flores