jueves, 6 de abril de 2023

ESCAPARATES DE PASIÓN

ESCAPARATES DE PASIÓN

A casi 500 años del Concilio de Trento, en nuestra España aconfesional de procesión, los malagueños apuran el día más triste del itinerario católico, para toparse un trono, su tambor y sus jadeos en la esquina de antaño; persignarse y a correr a buscar otra revuelta, que viene La Piedad de los carteros.

La panadería de marca, luce en la vidriera unos nazarenitos blanco, rellenos a preguntar a la dependienta, que le salieron en formación, pero tan deformes que parecen fantasmitas;  están junto la bandeja de las torrijas para borrachines o de miel para ositos.

Dos pasos más allá del olor a chocolate y pan frito, en un salón de belleza de esos de ponerte guay, la vitrina no luce los tatoos, ni los frascos de cremas de rigor; la ocupan dos muñequitos, ella de mantilla, peinada a peineta, y él de nazareno con rizos afros destocado, con el capirote en faltriquera, junto a fotos añejas de imágenes en procesión de lo más cuqui.

El escaparate de los soldados y dictadores de plomo, está oscuro,  por la fiesta cuaresmal de su dueña; así que no se pueden ver los “legías” con su Mena al hombro, desfilando ante Franco y Hitler como todos los días laborables, ni la caballería de gala de los migueletes.

El chino de toda la vida, ajeno al calendario litúrgico, en su año del “conejo de agua”, está de par en par, con sus leds a toda pastilla. Su fiesta de guardar sigue siendo la caja al cierre; el buen hombre emigrado de Confucio y Mao a la parroquia del barrio; exhibe en una estantería devota, los mismos “made in china” de las devociones del lugar sin ton ni son; unas replicas en plástico horribles desde con la cruz a cuesta a crucificados, junto a unos nacimientos, en las que falta algunos cagonets para despacharse a gusto.

Mohamed, de Ramadán, todavía tiene abierta la frutería con los plátanos más chuchurríos del mundo a 1eurito el kilo de desperdicios; los fresones de buen ver que mejoran a los nísperos, mientras Fatima sale con la bolsa cargada y su turbante azul.

Los bares están con los camareros que te corre para atender a guiris y paisanos, con las bandejas llenas y, “la puré” disparatando las comandas, de tantos bulliciosos esperando de copas a que la santa semana expire.

Curro Flores

Puré: en malaguita, despistes de los camareros provocados por las bullas

 

 

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